Como en la antiguedad, nosotros también somos capaces de elaborar nuestra comida y para demostrarlo fabricamos pan.
Comenzamos diluyendo la sal en el agua para después añadirle harina y levadura. Tuvimos que amasar con nuestras manos, pringándonos mucho, mucho, y terminamos dándole la forma que más nos gustaba. El momento de hornearlo quedaría para casa.
Nos lo pasamos genial y aprendimos cómo se hace el pan y los ingredientes que lleva.
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